Darkest Time ▬ The Hunger Games RPG { Normal }

Hace décadas ya, una guerra azotó a nuestra nación. Las familias se separaron, muchos niños quedaron huérfanos, hermanos pelearon contra hermanos por lo que creían era lo correcto. Los distritos se alzaron y lucharon. Y cayeron. El caos de aquellos días fue llamado “Los días oscuros”, una época que nadie que revivir. Pero un pueblo se impuso ante los demás. El Capitolio fue el vencedor ante las otras trece naciones, instaurándose así como la capital de Panem.

El Distrito 13, aquel que había comenzado la rebelión, fue destruido –o eso nos dijeron– para dar el ejemplo a los demás y evitar una próxima revuelta. Pero aquello no fue todo. Para demostrar su lealtad y servidumbre, cada distrito debía entregar a un joven y una joven de entre 12 y 18 años para que sean partícipes de los Juegos del Hambre, en los cuales tendrían que pelear a muerte y aquel que quedase vivo sería el ganador, lo cual traería riquezas a él y su familia, así como honor a su distrito.
Los años han pasado desde entonces, así como los anuales Juegos del Hambre. Todo ha sido paz para el Capitolio y todo ha sido sufrimiento para los Distritos, sobre todo los más pobres.

Pero hace un año, en la edición número 50 de los Juegos, el segundo Vasallaje, algo pasó. Los Vasallajes exigían que esta vez se entregase el doble de tributos por distritos (dos muchachos y dos muchachas), para demostrar que por cada Capitolino muerto habían muerto dos rebeldes… pero eso trajo una revuelta. Nuevamente, todos temieron por volver al caos de los Días Oscuros, pero también estuvieron felices de ver que al fin se volvían a mostrar los rebeldes, oponiéndose a lo que el Capitolio decretaba.

Fue entonces cuando Iósif, el presidente de Panem, decidió poner fin de una vez por todas a los rebeldes. No le fue difícil capturarlos al aumentar la seguridad en los distritos, pero, en vez de encerrarlos, les ejecutó en sus respectivos distritos, a todos y cada uno de ellos ante los ojos atónitos de sus seres queridos.

Esto demostró una vez más que nadie puede oponerse al Capitolio.

Desde hace un año ya que Iósif impuso un toque de queda que dura desde el anochecer hasta el amanecer en cada distrito, así como también cada día los distritos están más poblados por Agentes de Paz y que cada cierto tiempo se hiciera una limpieza en la población, eliminando así a todos aquellos que le parecían sospechosos. Los Distritos viven en represión, mientras que el Capitolio disfruta de la buena vida.

Y ahora que la edición n° 51 de los Juegos del Hambre está por comenzar, nadie puede siquiera imaginar el rebelarse nuevamente. Tienen miedo. Mucho miedo. Porque no saben aún que quedan rebeldes vivos, ocultos entre las Tierras Vírgenes, allí, fuera de las alambradas eléctricas.
Ya sólo les queda la esperanza de que, un día, alguien vuelva a intentarlo y lo logre. Porque la esperanza es lo único más fuerte que el miedo.